DEFINICIÓN
La gripe (o influenza) es una infección aguda de las vías respiratorias causada por virus gripales específicos. Produce fiebre, secreción nasal, tos seca, dolor de cabeza, dolor muscular (mialgia) y malestar general.
¿A quiénes afecta la GRIPE?
La gripe puede afectar a cualquier persona: niños, adultos y personas mayores de edad.
Los niños sanos tienen cuadros benignos que se resuelven con medicamentos, mientras que en aquellos que son vulnerables a padecer otras afecciones puede ser grave.
En los adultos sanos, la gripe es la causa mayor de pérdida de días de trabajo y se produce un malestar general que suele extenderse por varios días.
En las personas de la tercera edad esta infección es menos frecuente pero tiene el riesgo de traer grandes complicaciones.
CLINICA Y DIAGNÓSTICO
Clínica
Luego de un período de incubación (18 a 36 horas) se producen los síntomas que suelen manifestarse de forma repentina.
Los primeros indicios de la gripe son:
• escalofríos,
• tos seca,
• estornudos,
• goteo nasal,
• lagrimeo,
• molestias en la garganta,
• dolor de cabeza,
• dolores musculares y
• fiebre.
Esta última es frecuente durante los primeros días y puede alcanzar los 40ºC, produciéndose durante este período un decaimiento y dolor en todo el cuerpo (la fiebre suele durar aproximadamente 3 días). El dolor de cabeza suele ser intenso y se acompaña de dolor alrededor de los ojos; éstos se vuelven llorosos, presentándose, a veces, fotofobia.
En general, una gripe dura de 3 a 5 días y si hay complicaciones, la debilidad y la fatiga puede prolongarse durante varios días o varias semanas.
En la gripe puede existir anorexia (falta de apetito) y algunas veces náuseas. En los niños suele aparecer vómitos, diarrea y estreñimiento.
Diagnóstico
La fiebre alta y las mialgias distinguen la gripe del resfrío común.
El diagnóstico convencional de laboratorio se basa en el cultivo del virus de la gripe a partir de las secreciones respiratorias. El mejor momento para efectuar esta técnica es durante los 2 ó 3 primeros días. Otra técnica poco utilizada consiste en la tinción con anticuerpos fluorescentes de células exfoliadas del epitelio nasal.
ETIOLOGÍA
Existen 3 tipos de virus de la gripe: A, B y C que pertenecen a la familia de los Ortomyxoviridiae.
Los tipos A y B son los que causan la influenza epidémica, mientras que el virus de tipo C se diferencia de los demás por su forma genética y epidemiológica y causa infecciones diseminadas pero más leves y esporádicas.
El virus B es capaz de originar una complicación, el SINDROME DE REYE, que cursa con encefalopatía y degeneración grasa del hígado. Afecta más comúnmente a los niños que reciben aspirinas.
Las epidemias de gripe comienzan bruscamente durante los meses de otoño-invierno y se suele extender rápidamente.
Los factores más importantes para el desarrollo de gripe son los cambios climáticos porque en presencia del frío los virus sobreviven y se reproducen con más fuerza tanto en orofaringe como en nasofaringe.
¿Cómo se transmite la gripe?
La gripe se transmite de persona a persona por 2 vías principales de contagio:
1. Aire: a través de las gotitas que contienen los virus cuando la persona estornuda, tose o habla,
2. Al tocar objetos infectados (como el uso de pañuelos o saludar con la mano, etc.).
Una vez que los virus entran en las vías respiratorias, se adhieren y penetran en las células de las mucosas, iniciando los ciclos de replicación que duran de 4 a 6 horas. Luego se extienden hacia las células adyacentes sanas. De esta forma pueden producir las complicaciones pulmonares, como la neumonía vírica, entre otras.
Las secuelas más comunes de la gripe pueden ser: sinusitis, otitis medias y bronquitis.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Prevención
• Evitar los cambios bruscos de temperatura.
• No compartir objetos de uso personal (pañuelos, cepillo de dientes, etc.)
• Realizar una dieta nutritiva.
• Taparse la boca y la nariz al toser o estornudar.
• No permanecer con la ropa húmeda o mojada, porque ello modifica la temperatura corporal.
• No realizar ejercicios en exceso.
• Mantener las defensas naturales altas para ser menos vulnerables a las infecciones.
• Vacunas: se administran preferentemente durante los meses de otoño. Las vacunas son polivalentes, es decir, constan de los antígenos de las variables de los subtipos del virus A y, en menor cantidad, del virus gripal B.
Las vacunas pueden ser:
a) de virus enteros: esta vacuna es eficaz pero provoca reacción;
b) de subunidades: se tolera excepcionalmente bien, pero la acción inmunizante es débil;
c) de virus fraccionados: es tan eficaz como la vacuna de virus enteros y se tolera tan bien como la de subunidades, por lo que es la de elección.
Esquema general de vacunación:
Debe ser administrada por vía I.M., preferentemente en el músculo deltoides.
No se debe utilizar por la vía I.V.
• VACUNAS EN LACTANTES DE 6 MESES A NIÑOS DE HASTA 3 AÑOS DE EDAD: se debe administrar una dosis de 0.25 ml; si es la primera vez que se vacuna, se debe aplicar otra dosis (0.25 ml) con un intervalo de 4 semanas una de la otra.
• VACUNAS EN NIÑOS DE 3 A 12 AÑOS DE EDAD: se deben administrar 2 dosis de 0.5 ml; la segunda dosis no es necesaria si el niño ha recibido 1 o varias dosis de una vacuna antigripal durante el año precedente.
• VACUNAS EN EL ADULTO Y NIÑOS DE EDAD SUPERIOR A LOS 12 AÑOS: se debe administrar 1 dosis (0.5 ml).
Los efectos adversos de la vacuna se producen en menos del 10% de las personas que la reciben y son: ligera reacción febril en los niños, y el más frecuente es el dolor en el sitio de la aplicación.
Una vez comenzado el cuadro clínico las vacunas son inefectivas.
La inmunización debe ser llevada a cabo antes del comienzo del invierno. El efecto protector debe ser reforzado cada 12 meses con la vacuna de fórmula más reciente y usando una dosis apropiada a la edad.
La aplicación de la vacuna es recomendada a partir de marzo a las personas en alto riesgo que estén hospitalizadas o quienes tienen chequeos médicos regulares con la excepción de viajeros internacionales. La mejor época para organizar las campañas de vacunación para las personas de alto riesgo es generalmente a partir de marzo hasta mediados de mayo. La actividad más alta del virus de la gripe se presenta habitualmente desde junio hasta principios de septiembre. Los altos niveles de actividad de gripe ocurren con poca frecuencia antes de junio.
A partir de su aplicación el nivel de anticuerpos alcanza un grado adecuado de protección en la segunda a tercera semana y permanece así por 12 meses: aproximadamente el 90% de los adultos jóvenes y de edad media tienen anticuerpos detectados entre los 12 y 15 meses. Las vacunas reducen la incidencia de enfermedad clínica con una efectividad del 80 al 90%. Las personas ancianas y personas con ciertas enfermedades crónicas pueden producir una respuesta inmunitaria menor a la de los adultos jóvenes, por lo que pueden quedar susceptibles a infecciones por influenza de las vías respiratorias superiores. Sin embargo si tales personas llegan a enfermarse de gripe, la vacuna ha demostrado ser eficaz en la prevención del compromiso de las vías respiratorias inferiores y de otras complicaciones, reduciendo de esta manera el riesgo de hospitalización y muerte. La composición de la vacuna es modificada anualmente según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para el hemisferio sur.
Tratamiento
No existe tratamiento específico eficaz de la gripe. Se suelen utilizar medicamentos para moderar la fiebre y aliviar los dolores musculares; para ello se aconseja el empleo de analgésicos-antipiréticos. No se debe administrar ácido acetilsalicílico a niños menores de 5 años por la posible aparición del síndrome de Reye.
Los antibióticos se administran cuando se presenten posibles complicaciones bacterianas, pero no como tratamiento de la gripe, ya que sólo seleccionan cepas resistentes y no las previenen.
Se recomienda:
• realizar reposo en cama,
• beber abundante agua para compensar las pérdidas que se producen por la transpiración,
• para moderar la fiebre se pueden tomar baños con agua tibia.
Productos para combatir los síntomas de la gripe:
ACIDO ACETILSALICILICO: analgésico y antifebril.
ACIDO ACETILSALICILICO + VITAMINA C: analgésico y antifebril. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
ACIDO ACETILSALICILICO + VITAMINA C + CAFEINA: analgésico y antifebril. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
ACIDO ACETILSALICILICO + PARACETAMOL + CAFEINA: analgésico y antifebril.
ACIDO ASCORBICO: ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
ACIDO ASCORBICO + MAGNESIO: ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
ACIDO ASCORBICO + FENILEFRINA + PARACETAMOL: antifebril, analgésico y descongestivo. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
ACIDO ASCORBICO + LEVOFENILEFRINA + PARACETAMOL: antifebril, analgésico y descongestivo. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
FOSFATO DE OSELTAMIVIR: es un profármaco de un potente inhibidor selectivo de las neuraminidasas. La actividad neuraminidásica es esencial para que las partículas víricas recién formadas abandonen las células infectadas y prosiga la diseminación de virus infecciosos en el organismo. El metabolito activo de oseltamivir inhibe las neuraminidasas de los virus de la gripe de ambos tipos: A y B.
POLIVITAMINICOS EN GENERAL: para casos de carencia de hierro y vitaminas en el organismo.
IBUPROFENO + PSEUDOEFEDRINA: analgésico, antifebril y descongestivo.
PARACETAMOL: analgésico y antifebril.
PARACETAMOL + CAFEINA: analgésico y antifebril.
PARACETAMOL + CAFEINA + VITAMINA C: analgésico y antifebril. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
PARACETAMOL + CAFEINA + BUTETAMATO: analgésico, antifebril y antitusivo.
PARACETAMOL + PSEUDOEFEDRINA: analgésico, antifebril y descongestivo.
PARACETAMOL + FENILEFRINA + CLEMIZOL: analgésico, antifebril, antihistamínico y descongestivo.
PARACETAMOL + CLORFENIRAMINA + PSEUDOEFEDRINA: analgésico, antifebril, antihistamínico y descongestivo.
PARACETAMOL + ASTEMIZOL + FENILEFRINA + VITAMINA C: analgésico, antifebril, antihistamínico y descongestivo. Ayuda a mantener las defensas naturales del organismo.
VITAMINA C: estimula y acrecienta las defensas naturales del organismo.
ZANAMIVIR: antiviral. Es un inhibidor poderoso y selectivo de neuroaminidasa, la enzima superficial del virus de la influenza. Produce una inhibición de la replicación del virus A y B de la influenza y abarca todos los subtipos de neuroaminidasas de los virus de la influenza A.
La administración diaria durante 28 días no interfiere con la inmunidad generada por la vacuna antigripal.
Está indicada para el tratamiento de la influenza A y B en adultos y mayores de 12 años.
EQUINACEA + SAUCO + PROPOLEOS (antigripal natural): indicado para estados gripales, resfríos y como atenuante de la sintomatología subyacente.
LO QUE EL FARMACÉUTICO DEBE SABER
El rol del farmacéutico es seleccionar un tratamiento apropiado basado en los síntomas del paciente.
Lo que el farmacéutico debe saber:
• edad del individuo;
• si es niño, adulto o una persona bastante mayor de edad: los niños son más susceptibles a las infecciones de las vías respiratorias altas que los adultos;
• síntomas que se presentan: nariz tapada, tos, estornudos, dolor de garganta, malestar general, dolor de cabeza, fiebre, mialgias, otalgia (es más común en los resfríos), etc.;
• tiempo de evolución de la sintomatología;
• medicamentos utilizados y/o prescriptos antes o durante la aparición de la afección;
• conocer las posibles reacciones adversas e interacciones de los fármacos;
• antecedentes patológicos como: asma, rinitis alérgicas, bronquitis y cardiopatías.
El farmacéutico debe dar consejos útiles sobre la forma correcta y racional del uso de los medicamentos, como también la administración de las distintas presentaciones descongestivas como: gotas nasales o sprays.
CUÁNDO ACUDIR AL MÉDICO
Es necesario acudir al médico cuando:
• la fiebre persiste por más de 48 – 72 horas;
• se sienten mareos permanentemente;
• los síntomas empeoran o duran más de 7 a 10 días;
• existen fuertes cefaleas frontales;
• los pacientes sufren de cardiopatías o presentan alteraciones respiratorias como: asma, bronquitis crónica, etc.;
• presenta dificultad para respirar;
• la medicación para aliviar los síntomas de la gripe ya ha sido intentada sin que aparezca mejoría;
• se producen reacciones adversas a los medicamentos utilizados para tal afección.